¿En qué consisten los cultivos ecológicos?
La agricultura ecológica nació para minimizar el impacto medioambiental que estas prácticas pueden llegar a tener. Es por eso por lo que reduce el uso de agroquímicos, llegando a eliminarlos por completo y a sustituirlos por otros de origen orgánico. Asimismo, se reduce el laboreo. El objetivo ya no es el mismo que con el cultivo tradicional. No se busca aumentar la producción sin medir el impacto que esto pueda tener, sino que se busca respetar el entorno.
Además, la agricultura ecológica busca cuidar los suelos. Es precisamente de ellos de donde se extrae todo tipo de productos que posteriormente consumimos los seres humanos. Resulta lógico pensar que se debería priorizar su cuidado para que se mantengan en buenas condiciones el máximo tiempo posible. En los cultivos ecológicos no se utilizan químicos, sino materias orgánicas. Estas acaban haciendo que el suelo sea mucho más rico y fértil. De la misma manera, se hacen rotaciones de cultivos y se reduce la erosión del suelo.
Existe a día de hoy cierto rechazo a los cultivos ecológicos. En determinados cultivos, prescindir de algunos métodos de control de plagas puede implicar una pérdida de beneficios. No obstante, son tantas las ventajas que supone esta técnica que merece la pena reconsiderarlo.
Beneficios del cultivo ecológico frente al cultivo tradicional
Como hemos señalado, son múltiples los beneficios que puede ofrecernos el cultivo ecológico frente al tradicional. El primero de ellos es que favorece el estado del suelo. Afecta tanto a la fertilidad como a los microorganismos que suelen estar presentes en este, y que son provechosos para los cultivos.
Cabe señalar que, al no usar productos químicos, se evita que aparezcan resistencias a plaguicidas. Se ha demostrado que el abuso de estas sustancias provoca que las plagas sean cada vez más resistentes.
Al utilizar como método de fertilización la materia orgánica, también se consigue mejorar la infiltración y la capacidad de retención del agua. Gracias a esto, las raíces crecen mejor y los cultivos son más fuertes. Esta infiltración no solo ayuda a las propias plantas, sino también al ahorro de agua a largo plazo. No desperdiciar agua es un objetivo clave si se busca luchar por el medioambiente.
Por último, uno de sus grandes beneficios es que fomenta la biodiversidad. En estas tierras, se establecen cadenas tróficas entre los organismos que habitan en ellas. Los depredadores acaban con los organismos que pudieran considerarse dañinos. Mediante esto, se consigue un gran equilibrio, que es la clave de la vida en nuestro planeta. Se reduce el riesgo de plagas gracias a la presencia de insectos que pueden acabar con ellos, por ejemplo.
La importancia de la lucha contra el cambio climático
Además de todos los beneficios señalados anteriormente, debemos reservar un espacio a hablar de cómo protegen nuestro planeta estos cultivos ecológicos. Si se aplica de forma eficiente, se consigue reducir los efectos que deja el calentamiento global. Esto lo hace porque disminuye la emisión de dióxido de carbono, de metano y de óxido nitroso.
Consumir productos que provengan de agricultura ecológica es una forma de cuidar la Tierra, y de aminorar el temido cambio climático. La clave es que haya una respuesta positiva por parte de los compradores, y que comiencen a consumir productos como el aloe vera ecológico, por ejemplo. Esto facilitaría que cada vez más empresas optarán por producir artículos así, y dejarán de lado otro tipo de agricultura.
Comments (0)